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No lo he mencionado nunca en este blog, pero estoy
terminando un máster universitario sobre gestión y liderazgo en mi tiempo
libre. Es un proyecto muy interesante. Hace poco leí un estudio que tiene mucha
relevancia para el mundo de las artes marciales (Ancona et al, 2007). Si lees
bien en inglés, lo puedes encontrar aquí. Los autores dicen que esperamos mucho
de nuestros líderes. Los ejecutivos deberían tener niveles altísimos de inteligencia,
imaginación, gestión y capacidades sociales. “Lamentablemente, ningún individuo
tiene la posibilidad de estar a la altura de tantas expectativas,” nos dicen
(mi traducción). Explican que es mejor que un líder acepte que es una persona
incompleta, con puntos fuertes y puntos débiles. Así tendrá que aprender a
trabajar en un equipo, en vez de volverse loco intentando ser Superman.
Me parece una lección importante para los practicantes de
las artes marciales. Siempre hay una tendencia de querer ser completo, o sea,
dominar todos los rangos posibles, competir en formatos diferentes, entrenar
con armas, prepararse para cualquier escenario callejero, ir al gimnasio, correr, estirarse…
Bien, el fanatismo tiene su lugar en este mundo. Pero si no eres un atleta
profesional o un millonario excéntrico, tienes que tener una vida también. No puedes
hacerlo todo a niveles altísimos. En mi opinión, es mejor concentrarse en una modalidad que te encante
y ser sincero contigo mismo sobre tus puntos fuertes y tus puntos débiles. La regla 80-10-10 me parece absolutamente correcta. Un poco de sentido común sobre la autodefensa también es imprescindible, igual que un poco de madurez y humildad.
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