Tirumalai Krishnamacharya – el señor de la foto – era uno de
los profesores más influyentes en el mundo de yoga en el siglo 20. Uno de sus
estudiantes era su propio hijo, TKV Desikachar. El otro día estaba leyendo un libro cuando vi una frase suya que me gustó mucho. Dijo: “No mido mi progreso
en yoga por la distancia que me tuerzo o me doblo, sino por como trato a mi
mujer e hijos.”
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