Desde finales del siglo 19 hasta los años 60 del siglo 20, podrías ir a cualquier gimnasio en Estados Unidos, el Reino Unido o Alemania y verías a mucha gente que podría poner su propio peso en una barra, cogerla del suelo en una cargada (o clean en inglés) y luego hacer un press por encima de su cabeza. Era considerado un reto básico, al alcance de cualquier hombre con salud que quería dedicar unos años a las pesas.
En el video, vemos el halterófilo americano Paul Anderson haciendo una cargada y press impresionante para que os haga la idea. Levanta casi 200 kilos por encima de su cabeza sin haber oído de los esteroides. Podéis ver la potencia explosiva y fuerza bestial que tiene y la combinación de flexibilidad y estabilidad que tanto define el atletismo. Usa su cuerpo como si fuera solo una pieza. Total, si solo hicieras este ejercicio con esta actitud en el gimnasio o en tu patio, serías un monstruo.
En los últimos 35 años, el uso de las pesas se ha extendido por todo el mundo. Pero hoy en día, os garantizo que puedas ir a cualquier gimnasio comercial de España y no verás a nadie haciendo este ejercicio tan básico. Sería increíblemente raro ver a cualquiera que podría hacerlo con su propio peso.
¿Qué ha pasado? La genética de la gente no ha cambiado radicalmente, aunque es cierto que cada vez más personas trabajan en oficinas en vez de con las manos. Muchos records deportivos han caído. Entonces, ¿por qué la gente corriente sigue siendo tan débil a pesar de la popularidad de los gimnasios?
En mi opinión, hay cuatro factores que explican esta tendencia. Para empezar, las modas han cambiado. Se eliminó la cargada y press de la halterofilia en los juegos olímpicos en los años 70 ya que muchos atletas se inclinaban tanto para atrás en la segunda parte que casi habían inventado un ejercicio nuevo. A la vez, se puso de moda el press de banca.
Todo el mundo puede levantar más peso en el press de banca que en una cargada y press. Y si haces trampas (por ejemplo si un colega tuyo tira de la barra a la vez que empujas tú), pues puedes levantar más aún. Es una cuestión de entrenar el ego más que el cuerpo.
La segunda razón es que las pesas se pusieron de moda con Arnold Schwarzenegger en los años 70. Aunque él era muy fuerta - su record en la cargada y press fue de 120 kilos (con esteroides) – su enfoque principal era el culturismo en vez de la halterofilia o el powerlifting. Después de Schwarzenegger, las modas cambiaron. La gente quería hincharse para parecerse a él y no se preocupaban tanto a la hora de igualar su fuerza, su potencia o su flexibilidad.
Desde entonces, los culturistas modernos han desarrollado unos hábitos que son realmente peligrosos para atletas o practicantes de artes marciales. Se preocupen mucho más por su aspecto que por su manera de moverse. Mezclan cocteles de drogas para hinchar sus músculos. Dividen su cuerpo en trozos en vez de entrenar movimientos. Intentan aislar sus músculos en vez de trabajarlos juntos. Todo esto es un desastre si quieres jugar un deporte o practicar un arte marcial, pero vas a cualquier gimnasio y la gente entrena así.
Un compañero de gung fu tiene una prueba muy sencilla para ver si haber entrenado de esta manera te ha hecho daño como practicante de artes marciales. ¿Puedes tocar un codo contra el otro? Si no lo puedes hacer, el wing chun te va a costar hasta que recuperas la flexibilidad que has perdido en el gimnasio. Es una pena, porque si levantas las pesas con un rango de moción completo en cada ejercicio, pueden ser una gran herramienta para mejorar la flexibilidad.
La tercera razón por esta situación tan lamentable es que en los años 70 se popularizaron las maquinas de entrenar. Aunque pueden tener un papel en la rehabilitación, por ejemplo, su uso se ha extendido demasiado. En el gimnasio típico hoy en día hay muchas maquinas y pocas barras.
Para explicar porque, imagínate que eres dueño de un gimnasio. Eres un cínico. Quieres ganar pasta como sea. Tienes que decidir entre basar el entrenamiento de tus clientes en ejercicios básicos como la cargada y press de barra o en las máquinas.
Si elijes la cargada y press, tendrás que contratar a entrenadores con mucha experiencia. Saldrán caros. La gente tendrá que meter muchas horas para aprender la técnica. Pondrán tiza en las manos y ensuciarán el gimnasio. Y si a un idiota se le cae la barra en la cabeza, te puede denunciar.
Si elijes las máquinas, puedes contratar a gente joven que ha hecho un cursillo y pagarles el sueldo mínimo. Una abuelita puede usar cualquier máquina después de cinco minutos de instrucción. El riesgo de lesiones catastróficas es realmente bajo por idiota que sea la gente. Hay un riesgo de lesiones del uso repetitivo, pero es muy poco probable que te pongan denuncia por ello. ¡Tenemos un ganador! ¡Con las máquinas ganas más pasta!
Por último, hay otra razón por estos cambios. Simplemente, si no hay entrenadores con mucha experiencia en el gimnasio es muy fácil que la estupidez humana gane terreno. Es por eso que hoy en día tantos chicos solo entrena sus pechos y sus brazos. Da igual si es esencial entrenar la espalda para mejorar la postura. Da igual si las piernas y la espalda tienen mucha más capacidad para aguantar peso que los brazos. Da igual si es ridículo tener los brazos más grandes que las piernas. Da igual el hecho de que las sentadillas en altas repeticiones y con mucho peso harán crecer todos los músculos del cuerpo. Estos pobres chicos se preocupen por unos pocos músculos que creen que les pueden ayudar a ligar y punto.
Si has leído hasta aquí, igual estás pensando que te han informado mal en el gimnasio del barrio. ¿Haces el press de banco con el culo a medio metro del banco y sin tocar la barra contra el pecho? ¿Entrenas tríceps un día y bíceps otro? ¿Eres el don de las máquinas? ¿Nunca has intentado fortalecer ni tus piernas ni tu espalda?
Pues, lo siento mucho, pero si es así, sí que te han informado mal. Lo que estás haciendo te ayudará poco en las artes marciales. Incluso puede estropear tu técnica si sigues en esta línea. Es normal que muchos instructores de artes marciales lleguen a la conclusión que las pesas son malas si tienen muchos estudiantes que han entrenado de esta manera.
La buena noticia es que nunca es tarde para empezar de cero. ¿Por qué no buscas a un entrenador de halterofilia o de kettlebells? Dile que quieres aprender como hacer la cargada y press como lo hacían los halterófilos antiguos. Si elijes este camino, notarás mucha diferencia en unos años. Ponte el reto de hacer el ejercicio con tu propio peso (o con la mitad de tu peso si lo haces con una kettlebell). Si la generación de tus bisabuelos podía hacerlo, tú también puedes. Si quieres investigar estos temas un poco más y lees bien en inglés, un libro que recomiendo mucho es Dinosaur Training de Brooks Kubik. Si tienes más de 40 años, pilla otro libro suyo, Gray Hair and Black Iron, también. En ambos libros, aprenderás mucho sobre la manera antigua e inteligente de usar las pesas y la estupidez de los gimnasios modernos. Si te interesan las kettlebells, recomiendo empezar con Enter the Kettlebell de Pavel Tsatsouline.
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