Líneas de defensa

Si visitas un castillo antiguo, verás que tiene (o tenía) varias líneas de defensa, seguramente unas murallas, tal vez con foso, protegiendo la torre del homenaje. El concepto es muy bueno. Todos podemos hacer algo similar para protegernos, aunque no practiquemos artes marciales.

Como en un castillo, la primera línea de defensa va a ser la más importante. En vez de construir unas murallas impresionantes, creo que tu mentalidad es fundamental. Un instructor de armas americano, Jeff Cooper, creó una formula muy útil y universal con sus códigos de color.

Si estás en un estado blanco, estás relajado, por ejemplo, en tu casa. Si estás en la calle, puedes entrar en un estado amarillo, o sea, de estar relajado pero atento. Sabes que las amenazas son posibles, aunque tal vez no probables. Si ves algo que te choca, entras en naranja. Aquí has identificado una alerta específica y estás pendiente de ella. Si la cosa empeora, entras en rojo, cuando estás dispuesto a pelear o salir corriendo.

Aunque el concepto de tener cuatro modos de pensar puede parecer demasiado sencillo, es una formula muy eficaz. La clave es que es muy fácil saltar de naranja a rojo. Saltar de blanco a rojo de golpe es mucho más difícil. También tienes que darte permiso para pelear mucho antes de cualquier conflicto e igual estudiar la ley de tu país a la vez.

Una ventaja de los códigos de color es que resulta más difícil tomar decisiones estúpidas si empiezas a usar estos conceptos en tu vida cotidiana. Por ejemplo, ¿cómo puedes ponerte ciego el sábado por la noche con unos colegas “chungos” si se supone que estás en código amarillo? No tiene sentido, ¿no?

La segunda línea de defensa también es algo universal. Creo que la clave aquí es en hacer algo físico que te guste. Da igual si es un arte marcial, un deporte, bailar, ir al gimnasio o nadar. Si haces algo que te guste regularmente, transmites confianza. Si lo haces bien, te mueves mejor y tienes mejor postura.

¿Por qué es importante? Pues, los predadores humanos tienen que elegir sus victimas. Si te ven a ti en estado naranja, con los hombros atrás y con un aire de confianza, igual pasan y buscan a otro más fácil, o sea, alguien nervioso y absorbido en su mundo interior.

Hay que mencionar que hoy en día el riesgo de violencia es pequeño comparado con otros problemas de salud. Hacer deporte es parte de la solución para alagar la vida. Otras soluciones incluyen comer bien, dormir mucho y dejar el tabaco. (Aquí termina mi sermón…)

Realmente, la gran mayoría de la gente se puede plantar con estas dos líneas. Si quieres seguir y construir un castillo más bonito, la tercera línea de defensa podría ser la valla (o fence en inglés). El concepto que fue popularizado por un instructor de auto-defensa llamado Geoff Thompson en un DVD disponible aquí (en un inglés cerrado).

Thompson cuenta que la valla es una manera de gesticular con las manos como lo haría un italiano al hablar. Así puedes hacer dos cosas a la vez si te encuentras en una situación de peligro: crear una “valla” para dificultar un ataque y buscar una línea para un golpe si hace falta un KO. Como los códigos de Cooper, es un concepto muy sencillo, pero fácil de implementar.

Creo que un arte marcial o deporte de contacto puede ser tu cuarta línea de defensa. Realmente, todos valen, mientras que tu instructor sea honesto sobre las limitaciones de su sistema. Hablo de la relación entre el wing chun y el auto-defensa aquí.

Finalmente si quieres construir una torre del homenaje, la quinta línea de defensa es prepararte para lo peor. Dentro de las artes marciales, eso puede incluir entrenar con armas o prepararse para pelear en situaciones muy malas, por ejemplo si caes al suelo. Fuera de las artes marciales, la preparación podría incluir aprender primeros auxilios, tener un extintor en tu casa y saber nadar y caerse.

Si alguien quiere entrar más en estos temas, recomiendo estos dos libros en inglés: Meditations on Violence y Be Your Own Bodyguard para el Kindle.