Mis compañeros de wing chun, Alberto Verdú y Iván Hermes, tenían un proyecto muy interesante cuando lanzamos Kwoon La Sala el año pasado. Colaboran en la enseñanza de la primera forma del sistema a dos actrices ciegas dos veces por semana durante seis meses.
Según Alberto, a las chicas les resultaba muy difícil captar la forma sin poder verla. Dice que las dos tenían que tocar a alguien cuando hacía la forma para aprender las posiciones. A pesar de las dificultades, una de las actrices era muy metódica y puso muchas ganas e ilusión en el proyecto. Después de seis meses, terminó todos los movimientos de la forma. A la otra le costó más memorizar la secuencia. Aún así, las dos mejoraron la conciencia de sus cuerpos.
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