Abraham Lincoln, el decimosexto Presidente de los Estados Unidos, dijo una vez: “Si dispusiera de ocho horas para cortar un árbol, dedicaría seis a afilar mi hacha.” Es una actitud muy compatible con nuestra interpretación de wing chun. La gran parte de nuestro trabajo es en afilarnos a nostros mismos.
Dicho de otra manera, ponemos el énfasis en trabajar los reflejos, el control emocional, la relajación, la concentración y la sensibilidad tactil mientras que intentamos leer el carácter de los otros, usar ambos hemisferios del cerebro y desarrollar el conocimiento de nuestros cuerpos. Tenemos que practicar muchísimo y seguir practicando cuando estamos cansados con el objetivo de convertirnos en máquinas de chi sao, sin emociones y sin ego. Las técnicas y las tácticas de combate tienen una importancia secundaria a este trabajo.
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