Nino Bernardo, nuestro instructor principal de wing chun, a menudo dice: “Hay que seducir, no violar.” Quiere decir que dentro del chi sao, el juego de improvisación en el centro del sistema, no hay que forzar entradas con mucha voluntad y poca técnica. Es mejor estudiar cómo se mueve tu compañero y ser paciente. ¿Cuáles son sus fallos? ¿Cómo puedes provocarle para que reaccione en una manera predecible? ¿Qué puedes hacer para aprovechar de estos fallos y reacciones predecibles?
Es una manera de entrenar muy sutil, pero es la clave para el enfoque de auto-desarrollo
que Nino promociona. Dice a veces que hay que “hackear” el cerebro del compañero, otra manera de decir lo mismo.
Curiosamente, el difunto instructor de Nino, Wong Shun Leung, decía algo similar, aunque con un enfoque más de combate. En Look Beyond the Pointing Finger, dice: “Si te consume la intención de pegarle al adversario, es posible que te comprometas demasiado a la hora de lanzar un ataque o que dejes que el adversario te ataque a ti con demasiado facilidad. Es mucho mejor seguir al adversario para que te guie en la pelea y que te enseñe como pegarle.”
En el mismo libro, dice que su propio instructor, Yip Man, el gran promotor del estilo en la era moderna, “estaba de la opinión – y es una opinión compartida por muchos estudiantes suyos – que tu propio adversario te enseñará cómo pegarle.”
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